Mónica pertenece a la etnia zenú. Hace 14 años, al casarse, dejó de trabajar en casas de familia para unirse como cosedora a una asociación que reúne a mujeres maduras que trenzan caña flecha y jóvenes que crean artesanías contemporáneas.

Agradece profundamente a la artesanía, que le ha permitido sacar adelante a sus hijos y crecer como mujer. Gracias a la asociación, Mónica se ha empoderado, se ha formado y ha encontrado en su oficio una fuente de dignidad y orgullo.