Aligerar las cargas, minimizar lo innecesario, complacerse en lo simple y lo verdadero.  La sonrisa de tu hij@, la brisa marina, la compañía silenciosa de un amig@ en un duelo representan instantes de felicidad o alivio que el dinero no puede comprar

Decía Leonardo Da Vinci que “en la sencillez está la perfección”; y la antigüa filosofía china nos señala la simplicidad, la paciencia y la compasión como nuestros mayores tesoros.  De forma más contemporánea y en un contexto menos filosófico, diseñadores y estilistas coinciden en que la elegancia se encuentra más fácilmente en la sobriedad y la sencillez que en los excesos recargados.  Así, ha habido muchos mensajes y reflexiones en distintas culturas y momentos de la historia que nos hablan del valor que hay en la simplicidad o la sencillez.

Pero, en un mundo hiperconectado y lleno de estímulos, nos olvidamos del gran valor de las simples cosas.  Y centramos nuestra atención en banalidades; en llenar nuestros vacíos internos con compras, comidas o experiencias innecesarias, en estar más pendientes de tomar la foto o revisar nuestras redes que de disfrutar el momento, en armar grandes tormentas de pequeños malentendidos, en fin.  Si tan solo hacemos una pausa y observamos atentamente podremos apreciar la grandeza que se esconde en lo simple y la sabiduría que hay en el “Menos es más”.

Por eso, hoy Latinlán quiere invitarte a pensar en cuatros formas de hacer más por ti y por tu entorno a través del lema “menos es más”.

  1. Cuando vayas a cenar: menos calorías es más salud.  Está comprobado que los países con poblaciones de mayor salud y longevidad llevan dietas más frugales, con menos azúcares, menos alimentos procesados y menos productos derivados de animales.
  2. Con las compras, con los empaques, con el papel, con el agua y la electricidad: menos consumo es más para el planeta. Evalúa siempre la necesidad de cada consumo de bienes y servicios.  Lo que hacemos en nuestra vida tiene un impacto en lo global; todo está conectado y todo va a parar a alguna parte; cada elemento que consumes tiene un impacto en el planeta, lo sepas o no así es.   Cómo dicen por ahí:  Actúa Local, pero Piensa Global.
  3. Si te ofenden: menos juicio y más perdón. Muchas religiones, filosofías y programas de crecimiento invitan al perdón.  A veces pensamos que el perdón es un regalo que le hacemos al otro y no es así; es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos porque nos libera.  Nuestros juicios hablan de nosotros y no del otro; nuestros juicios no modifican la realidad, pero la ausencia de juicio si modifica nuestra percepción de esa realidad.  Reflexionemos sobre el perdón que tenemos pendiente con algunos o incluso el perdón que tenemos pendiente con nosotros mismos.
  4. En la vida: menos miedo y más amor y menos quejas y más agradecimientos. Así nos acercamos más a la felicidad y nos evitaremos muchas enfermedades físicas y emocionales.  Practicando el agradecimiento a diario nuestra vida puede cambiar muchísimo para bien.

Menos es más.  Intentémoslo.  Feliz semana.